Soportes digitales tales como plataformas, aplicaciones y otros dispositivos o servicios de red son -hoy- indispensable para las personas, empresas, organizaciones y diversos actores de la sociedad, quienes deben dar continuidad a sus rutinas de trabajo, estudio, ocio y a la vida misma.
En este contexto, el COVID-19 ha generado y sigue realizando múltiples cambios en sectores tan importantes como el económico, laboral, educativo, entre otros; destacando el mercado online, también conocido como “e-commerce”, cuyo constante y masivo uso se disparó en tan solo un par de semanas. Según datos entregados recientemente por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), el comercio electrónico tuvo un aumento de 119% en tan sólo una semana, abriendo espacio a una nueva opción de comercio para las empresas.
En efecto, en este tiempo de aislamiento, múltiples organizaciones, empresas e instituciones, se han sumado a la venta online, viendo en el e-commerce una oportunidad de continuar entregando sus productos a sus clientes, manteniendo así un adecuado ritmo de productividad y ventas. Ahora bien ¿cuál es el impacto real de esta herramienta sobre las empresas y otras instituciones comerciales? El uso de ventas a través de internet genera a las empresas un aumento en sus ventas, ya que se abre un nuevo canal de distribución del negocio, permitiendo así una reducción implícita de los costos de venta de productos y servicios entregados por las compañías.
Sin embargo, y sobre todo tomando en cuenta el contexto de cuarentena preventiva donde la venta en tiendas físicas cayó un 40% -según la medición del CCS-, resulta clave que las Pymes se involucren y se unan a la digitalización de su negocio; mejorando así las experiencias de los usuarios y contribuyendo a una mayor eficiencia y productividad en la capacidad de desarrollar productos y servicios de forma más ágil, aumentando las ventas. Esto es sin duda un aspecto relevante para que las pequeñas y/o medianas empresas mantengan un nivel de productividad estable y eviten fuertes bajas de sus ingresos.
Frente a la emergencia sanitaria y junto a este apogeo del e-commerce, se muestra la necesidad de ir mucho más allá del uso tradicional de medio de pago, mutando el comercio del país a uno electrónico tal y como lo conocemos hoy en día.
Por Jonathan Namuncura, Analista de soluciones empresariales de IDC Chile