Mientras las empresas se enfrentan a la incertidumbre producida por la inestabilidad del mercado actual, existe un conflicto silencioso que no da tregua. La lucha contra la ciberdelincuencia afecta a todas las organizaciones por igual y los números de las empresas afectadas son, francamente, devastadores.
El 2022 ha sido un año trascendental para América Latina, según el Informe de Tendencias en Protección de Datos de Veeam 2023, el 52% de las empresas radicadas en la región recibieron entre 2 y 3 ataques de ciberdelincuentes a lo largo del año. Esto nos posiciona como la segunda región con el porcentaje más alto, solo por detrás de Estados Unidos con el 53%. Al observar dichos datos, es difícil no remarcar que los mismos representan una pérdida económica muy grande para las empresas, ya que sabemos que el 39% de los complementos de datos de producción fueron encriptados o destruidos y solo pudo recuperarse el 55 % de los mismos. Estas empresas tenían métodos de seguridad avanzados, ciberseguros, equipos enteros de IT destinados a que los ataques no prosperen. De igual manera, nada pudo evitar que fueran atacadas.
En la guerra contra la ciberdelincuencia solo una cosa es segura; todos los involucrados recibirán ataques y simplemente es cuestión de tiempo para que dichos ataques sean exitosos. Solo basta con mirar los datos globales. Según el mismo informe, 85% de las empresas fueron atacadas. Por estos motivos podemos afirmar que ciberseguros, equipos altamente calificados y buenas prácticas de seguridad no son suficientes para continuar el desarrollo productivo y empresarial con tranquilidad y armonía, sobre todo teniendo en cuenta que el volumen de datos, año a año y mes a mes aumenta exponencialmente en cada organización, sin distinguir su rubro ni su tamaño. Cuantos más datos hay por proteger, se invierte más dinero, se demanda más tiempo y se corren más riesgos.
Entonces, si el ataque es inevitable, ¿Qué se puede hacer al respecto?
Aunque parezca una batalla perdida, no lo es. Las organizaciones deben cumplir con todos los métodos de seguridad posibles para prevenir la mayor cantidad de ataques, pero ante la inminente llegada de un ataque exitoso, las compañías más inteligentes y eficientes siempre pueden contar con un “as” bajo la manga.
El 31 de marzo se celebra el día internacional del BackUp, y en el contexto que detallamos anteriormente, esta herramienta cobra una gran e inimaginable relevancia.
Al realizar periódicamente BackUps de todos los datos (o al menos de los datos críticos) de una organización, alojándolos en una plataforma segura que permita la rápida recuperación de estos, se puede establecer un protocolo donde al perder el control y el acceso a los datos, recuperando hasta la última copia de seguridad en cuestión de horas.
En América Latina, la transformación tecnológica se potencia año a año, tal es así que el 75% de las organizaciones Latinoamericanas esperan utilizar servicios en la nube como parte de su solución de protección de datos antes de 2025, según el informe realizado por Veeam. De hecho, hoy en día en esta región el almacenamiento de datos en la nube representa el 49% del total; un 26% de los datos se almacena en máquinas virtuales y otro 26% restante en servidores físicos, posicionando así a Latinoamérica como la #1 a nivel mundial en almacenamiento en la nube. Estos datos remarcan la importancia de contar con un sistema de BackUp equitativo en las tres arquitecturas (física, virtual y en la nube). Además, debe plantearse el movimiento de las cargas de trabajo entre nubes e incluso de nuevo a las instalaciones locales; y nuevamente, la estrategia de protección de datos debe adaptarse rápidamente a esa fluidez.
Hay un método para sanear el desastre
En el día mundial del BackUp nuevamente quiero remarcar la importancia que tiene este método de seguridad para la salud empresarial y organizacional de toda la región. Contar con una herramienta que garantice el menor porcentaje de daños económicos y de operatividad es fundamental para que las empresas sigan funcionando, produciendo y manteniendo la estabilidad y crecimiento que sus empleados y toda su cadena de valor necesitan.