Ciberseguridad: La Pandemia debe hacer reforzar los protocolos corporativos

Sin lugar a dudas, este escenario creó infinitas oportunidades para los ciberdelincuentes y, con ello, una serie de desafíos en términos de seguridad, tanto para grandes como para pequeñas compañías. Si a esto sumamos el escaso conocimiento que los colaboradores tienen en la prevención de eventuales ataques, y la poca preparación proporcionada por las organizaciones para evitarlos, la situación empeora.

De acuerdo con un estudio de Kasperky realizado en la región, el 77% de los encuestados no sabe lo que es el ransomware, otro 55% desconoce el término phishing o robo de identidad, y un 29% ignora lo que es un malware. El contexto se complica si consideramos que durante el primer semestre del año, se registró un aumento constante de secuestro de datos. Desde enero hasta mayo, Kaspersky bloqueó exitosamente 30.000 de éstos en todo el mundo, alrededor de 208 posibles víctimas diferentes por día.

El mismo estudio de Kaspersky señaló además que cerca del 40% de las empresas latinoamericanas no cuenta con políticas de ciberseguridad establecidas o no ha comunicado a sus colaboradores que las tiene, siendo solo el 42% de las organizaciones las que han implementado normativas estrictas en este ámbito. En tanto, un 18% cuenta con políticas de este tipo, pero el personal no está obligado a cumplirlas.

Todo este contexto, sumado al hecho de que el trabajo a distancia se estableció como una constante en muchas organizaciones, no ha hecho más que reafirmar la importancia que tiene para las empresas de cualquier tamaño y sus colaboradores, implementar medidas que aseguren una protección integral ante el actuar de los ciberdelincuentes.

La experiencia nos demuestra que es relevante que los empleados mantengan contacto permanente con el personal TI de la empresa, y que sean orientados y capacitados en temas de seguridad digital para que puedan identificar las amenazas y aprendan a trabajar de manera segura. Junto con esto, es recomendable informar a los colaboradores las medidas necesarias para proteger datos y equipos corporativos.

Asimismo, es primordial que las compañías realicen una constante revisión y actualización de los protocolos de seguridad, pues una vez que adopten una correcta estrategia digital podrán visualizar y anteponerse a los potenciales peligros que existen en la red. No podemos olvidar que los ciberdelincuentes siempre buscan nuevas formas de vulnerar sistemas, por lo que es de suma relevancia responder con soluciones robustas, confiables, automatizadas y rápidas. Ya es momento de dejar de ver el presupuesto en seguridad digital como un gasto y asumir que es una inversión valiosa para darle continuidad a las organizaciones

En esa línea, podemos recomendar dos buenas alternativas. Una es Kaspersky Endpoint Security Cloud, que permite administrar de manera sencilla la seguridad de varios endpoints, dispositivos móviles y servidores de archivos de forma remota, entregando prevención contra ransomware y exploits; y en el caso de empresas de menor tamaño, Kaspersky Small Office Security, que combina la simplicidad de la protección de los equipos personales, incluidos smartphones y tabletas, con funciones especiales para mantener a la organización segura mientras los empleados realizan su trabajo. Esta solución no requiere administración, práctica, ni experiencia técnica.

Por otro lado, Kaspersky también está consciente de que son tiempos complejos para las organizaciones, es por eso que pensando en ellas y su estabilidad la compañía ofrece la posibilidad de adquirir alguna de las soluciones de seguridad en forma mensualizada. Esto permite ser más flexibles con las empresas, ayudándolos a utilizar solamente las licencias que necesitan por el tiempo que lo requieran y así colaborar activamente con los desafíos actuales.

La pandemia trajo consigo una nueva forma de trabajar, de reunirnos, de mantenernos conectados, de organizar eventos. Es probable que continuemos en esta senda por varios meses más. Y aunque muchos países ya están superando esta crisis, otros continúan combatiendo los estragos del COVID-19. El futuro es incierto y, ante esto, encontrar el mejor camino para mantenernos seguros digitalmente y sobrevivir a posibles ciberataques que puedan poner en peligro a nuestras organizaciones, es crucial.

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